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| EDITORIAL NR 11. | LA CRECIENTE POBLACIÓN MUNDIAL Y EL DETERIORO DE LA INFRAESTRUCTURA DEL AGUA |
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Las presiones sobre el abastecimiento de agua y saneamiento han sido provocadas históricamente por el crecimiento urbano. Nunca antes la tasa de crecimiento urbano ha crecido tan excesivamente rápido como en la actualidad. El año 2007, ya la mitad de la humanidad vivía en pueblos y ciudades y, en 2030, esa proporción alcanzará a cerca de dos tercios, lo que provocará un drástico aumento de la demanda de agua. Mientras que el aumento de acceso general al agua para esta población ampliada es un buen objetivo,proporcionar agua limpia y segura para los miembros más pobres de la población debe ser una prioridad clave. Se necesita más alimento para sostener el crecimiento de la población mundial, y en 2030, el " apetito global " habrá aumentado en un 55 %. De hecho, el mundo produce el doble de alimentos que hace una generación, pero utiliza tres veces más agua para hacerlo. Esto se traduce en una mayor demanda de riego, que ya representa 70 % de toda el agua dulce destinada al consumo humano. Por consiguiente, importantes ajustes son necesarios en lo que respecta al desarrollo de la tecnología y su aplicación, a la financiación y a la legislación que regula estas variables. El suministro de agua y saneamiento en EOCAC (Europa Oriental, Cáucaso y Asia Central) países es alto, 92 % de la población está conectada a un suministro de agua y el 70 % a servicios de saneamiento. Sin embargo, los datos obtenidos de 400 empresas de agua en la región EOCAC muestran que incluso en las zonas urbanas donde la gente por lo general recibe servicios de mejor calidad que en las zonas rurales, la infraestructura del agua se ha deteriorado de forma continua durante la última década: • Las fugas en la red de distribución de agua se ha mantenido en niveles muy altos, y ha aumentado en todos los países de EOCAC. • La continuidad del suministro de agua también se ha deteriorado. • El agua se contamina con frecuencia en la red de distribución, lo que significa que no cumple necesariamente las normas sanitarias en el momento en que llega al consumidor. Por ejemplo, mientras que la amplia infraestructura urbana construida en la era soviética abastece a muchas personas con grifos de agua domésticos, tales sistemas están a menudo en un grave estado de deterioro y no garantizan un acceso seguro al agua potable a los ciudadanos. La situación general es mucho peor en las zonas rurales debido al colapso de los servicios de agua tras el desmantelamiento del sistema de granjas colectivas. Estas áreas están habitadas por el 36% de la población. Garantizar la financiación de la provisión de agua es una pieza importante del rompecabezas, ya que la infraestructura de agua y saneamiento y el equipo de servicio no son libres y la construcción y operación de la infraestructura necesaria es costosa. Entre el 50 % y el 90 % de los ingresos de servicio público de agua se genera actualmente por cargos a los usuarios y el resto proviene principalmente de los presupuestos públicos. En el marco del Agua Derecho Humano, el verdadero reto es poner al agua en la“parte superior de la agenda política”. Se necesita financiación fiable para ampliar los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento a quienes no tienen acceso. La OCDE dice que una gama de fuentes de financiamiento están disponibles para apoyar la inversión en el sector de agua y saneamiento, incluyendo cargos a los usuarios, los presupuestos públicos (pagados por los impuestos), la inversión del sector privado y de la cooperación internacional para el desarrollo. Para la mayoría de los países, será necesaria una combinación de estas opciones de financiamiento. La clave, por tanto, es identificar y atraer el tipo adecuado de financiación para un determinado país o región y para mejorar el funcionamiento de los servicios públicos de bajo rendimiento. Carlos Fernandez-JaureguiDirector de WASA-GN. España
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